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jueves, 23 de febrero de 2012

HOY TOCA HABLAR DE CORNADAS.

HOY TOCA HABLAR DE CORNADAS.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ.-Veterinario y escritor.

El toro cornea con el elemento de su defensa y ataque que no es otro que el cuerno o asta. Se trata de una producción epidérmica que en número par, se forman en los lados del testúz sustentadas sobre el hueso frontal y constituidos por tres capas:
Clavija ósea: prolongación del hueso frontal. Dotada de nervios y vasos sanguíneos.
Membrana queratógena o corión: situada entre la clavija ósea y el estuche córneo, constituida por tejido conjuntivo vascularizado, con misión amortiguadora.
Estuche córneo, vaina o funda: inserto sobre la clavija ósea. Es hueca en la inserción y luego se hace maciza cuando constituye el llamado pitón.
Los cuernos tienen forma cónica y su superficie es lisa excepto en la base o nacimiento, donde es rugosa.
A partir del nacimiento podemos distinguir tres zonas:
Base, cepa o mazorca: parte unida a la `piel, rugosa e irregular donde se distinguen los anillos. o rodetes de crecimiento del cuerno.
Pala: es la zona intermedia que se une la base con el pitón.
Punta o Pitón zona maciza de gran dureza que viene a representar el 20 % de la longitud total del cuerno.
El cuerno comienza a aparecer en los primeros quince días de vida del becerro para comenzar, hacia los dos meses, un crecimiento de un centímetro por mes y fijarse, hacia los cuatro meses, al hueso frontal. Suele crecer hasta los diez años, periodo en que pierde su estructura normal. Sometido a la acción del medio ambiente quien actúa sobre el cuerno en una fluctuación más. El calor seco produce un alargamiento de las astas.
Hacia los tres años se desprende la capa córnea llamada bellota
Comenzaré, por sentar algunas matizaciones básicas:
Los toros dan las cornadas con los cuartos traseros, ya que en ellos se apoyan para derrotar.
Hay toros que tropiezan con el torero, lo derriban y siguen su camino sin reparar en la caída.
Otros en cambio se encelan con el obstáculo y no dejan de cornearlo hasta que advierten su inmovilidad.
En lo referente al tema defensas hay que discernir:
Un toro con pocas defensas pero encastado, hará más daño, en caso de que prenda al torero, que uno descastado aunque esté muy bien armado. Debido a que la hora de cornear con saña influyen la casta y la edad del toro.
Los toros con las defensas muy abiertas (playeros), aún teniendo mayor zona de acción, no suelen producir lesiones muy profundas.
Mientras los veletos suelen producir más daño, los gachos, en la mayoría de las ocasiones, solo producen contusiones.
Los que presentan los cuernos hacia delante son los que producen lesiones más graves y profundas.
Los astifinos: suelen producir lesiones profundas y limpias.
Los astigordos y afeitados: generalmente dan contusiones, no obstante si encarnan producen lesiones importantes.
Los astillados y escobillados: dan heridas irregulares.
Los profesionales del toreo suelen temer a los toros que: “Se ven la terminación de los pitones”.por ser muy certeros al cornear.
Los médicos especializados en cirugía taurina han calificado las heridas producidas por asta de toro en:
Varetazo: contusión producida en la anatomía del torero por golpe con pala del cuerno.
Varetazo con sangre. Cuando ha habido erosión.
Puntazo: lesión producida por la contusión y penetración escasa de la punta del asta.
Cornada: cuando la herida producida ha profundizado hasta el plano aponeurótico.
Cornadas internas o "heridas sobre sano": Se producen por la acción de una arista o de una prominencia ósea del propio torero al contactar contra tejidos blandos del propio torero a causa de golpe dado por el pitón sin romper la piel. Producidas de dentro afuera.
En las cornadas los bordes de la herida aparecen como quemados.
Suelen ser cónicas, pero el vértice del cono, puede estar en el fondo de la herida o bien en la entrada de la misma.
No es difícil que las heridas se compliquen por infecciones posteriores debidas fundamentalmente por una no perfecta limpieza en el momento de la intervención, ya que el pitón suele ser portador de microorganismos patógenos que complican el "shock traumático" asociado.
Los toreros dicen que previamente a la cogida por parte del toro, “éste suele avisar”, pero ocurre que como el buen y honesto torero teme más a no quedar bien ante los aficionados que a la propia cornada, sigue ocupando el sitio peligroso donde los toros suelen coger y herir.
Y son conscientes de que el toro puede cogerlos y herirlos. De ahí la anécdota de “Frascuelo” ante una pregunta cuando el médico le estaba suturando la cornada que había sufrido:
-¿Qué es eso, Salvador?
-¡Que ha de ser!¡Na! Lo que dan los toros. Una corná.
En la actualidad con el paso por las Escuelas Taurinas los toreros poseen una gran técnica que es el soporte de su valor, pues ciertamente casi nadie arriesga  sin una mínima garantía de poder sortear el peligro utilizando la cabeza y no el corazón.