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sábado, 20 de marzo de 2010

EL PRIMER TENTADERO DE LA TEMPORADA 2010 EN “LA DOCTORA”.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Al filo del mediodía de este día de San José del año 2010, el amigo Miguel Piñero “Cayetano” nos visita en casa para anunciarnos que a las 16,00 horas Curro Mateo, el ganadero y flamante empresario de la plaza de toros de Algeciras, hijo del inolvidable matador de toros Miguel Mateo Salcedo “Miguelín”, abriría el “portón de los sustos” en la cuidadísima placita de tientas de su finca “La Doctora” para iniciar, cuando el tiempo no lo ha impedido, su serie de tentaderos.
Muchos compromisos en su agenda de actividades. Unos derivados de novilleros que han de ultimar, poniéndose delante, su entrenamiento para actuaciones inmediatas y otros de condicionamientos que los propietarios de la plaza de Algeciras estipulan en la firma del contrato tras la adjudicación, para promocionar a la Escuela Taurina de la ciudad, en cadena de agradecimientos de los que éste, sin par mundo del toro, destila por todos sus poros.
Y salimos de Tarifa en medio de una “levantera” que nos dificultaba andar para, tras media hora de viaje, encontrarnos en “La Doctora” con un día caluroso y sin chispa de viento, que propiciaba el poder hacer el toreo sin este molesto elemento.
Vimos como enjaezaban a la yegua de picar. Un fuerte animal de raza traccionadora, que se oponía a la colocación del peto consciente, por instinto, de que tendría que trabajar. Iba a ser montada por Manuel Agüera que actuaría de picador.
El mayoral, tras quitar la silla de montar y duchar a su caballo, nos invitó en su casa, a un “cafelito de puchero” que su mujer había preparado, y allí con otros componentes del equipo de la finca, hablamos de toros y de las cosas ocurridas en las primeras corridas de la Feria de Valencia vistas por Canal +, en espera del comienzo del tentadero.


Y una vez en la placita, hablamos con los dos novilleros: Alejandro Enríquez de Granada y David Galván de San Fernando que vestían elegantes trajes camperos.

Sale la primera vaca que luce el guarismo 8 en la paletilla y el número 28 en el costillar. Desde el otro extremo de la plaza ha ido con prontitud tres veces, al caballo de picar al ser llamada por el piquero. Muy codiciosa en el peto.
El novillero la capotea preciso para dejarla nuevamente larga, justamente en la puerta de salida de chiqueros. Al ser llamada acude nuevamente con prontitud y alegría.
Es probada seguidamente con el caballo situado en la media querencia, donde la vaca cumple sobradamente.
Y estamos en la faena de muleta. Alejandro Enríquez con la muleta portada en la mano derecha la cita como a seis metros de distancia. La toca fuerte al tiempo que la anima con la voz. La vaca no acude. Si lo hace al tercer toque saliéndose de la muleta y no humillando.
Nueva distancia para seguir por redondos en serie de cuatro que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.

Con la muleta en la mano derecha ha de citarla acortando la distancia como a dos metros para que la vaca se arranque. Cuatro redondos ligados que remata con el doble pase de pecho.
La vaca ha perdido afectividad.
Muleta en la izquierda va mejor por este pitón izquierdo. Tiene recorrido.
A favor de querencia tres naturales buenos que ha rematado con el pase de pecho sobre la mano izquierda.
El novillero anda con elegancia por la cara y la vaca muestra nobleza y obediencia a los toques de la muleta.
Unos buenos redondos que, tras cambio de muleta por la espalda, remata con el pase de pecho sobre la izquierda.
La vaca ha mostrado nervio, temperamento, prontitud y afectividad con el caballo. Quizá la única pega que la faltó humillación tanto en la entrada al peto como luego con las telas. Pero ha sido brava y dotada de transmisión. Me ha impresionado la presteza con la que acudía a la yegua de picar desde una larga distancia que es uno de los puntos en los que Curro y su hijo consideran fundamentales en la selección de sus madres. Esta es la secuencia de entrada al caballo de picar.

La segunda vaca tiene menos cuerpo que la primera pero aprieta con fuerza al caballo. Tras dos entradas de largo parece que claudica de la extremidad posterior derecha. Se trata de un calambre consecuencia del estrés. Se la pasa pronto tras acudir por dos veces más al caballo de picar arrancándose de muy largo.
El piquero cambia de ubicación al caballo para probarla en la media querencia. La vaca con mucha fijeza se arranca. Nueva arrancada al caballo.
También ha entrado seis veces al caballo con prontitud al ser llamada.

El novillero David Galván, la saca del caballo para dejarla larga nuevamente, según indicaciones del hijo del ganadero, puesto que esta vaca es suya y él es quien dará la nota definitiva. Nueva entrada de largo al caballo, ante el contento de la concurrencia que disfruta con una vaca brava en el caballo.
Tras la salida de la suerte de vara el novillero la trastea muy bien de muleta, toreando seguidamente por redondos en serie de cuatro que, la vaca toma muy bien, y remata con el doble pase de pecho empezando con el de la mano derecha.
También la vaca ha ido bien por el pitón izquierdo cuando el novillero se ha echado la muleta a la izquierda.
Una buena vaca tanto en el caballo como en la muleta. Ha humillado más que la primera.

La tercera vaca en los comienzos está corretona. No quiere saber nada de capotes ni de caballo. Parece que esta buscar una salida para abandonar la placita de tientas. ¡Hay que esperar a que la puya haga su efecto!
Después del primer contacto con el hierro de picar la vaca se atempera y acude de largo cuatro veces más con calidad y con cara baja en el peto.
Una vaca que ha ido a más en la muleta, humillando y con recorrido largo.
Ha recibido más de doscientos muletazos ¡Como suena! Y continúa embistiendo al tiempo que pasa por distintas manos de novilleros.
Una vaca de comportamiento excepcional.
La única a la que se ha bajado la mano en la muleta tras perder el miedo a que se cayera, tras las repetidas caídas por las que pasó la primera vaca consecuencia del estrés sufrido.

Sale la cuarta vaca. Número 73. Entra cuatro veces al caballo. El piquero la pica en todo lo alto y sale huída. La va a lidiar David Galván.
Se ha atemperado tras la salida del caballo de picar, pues el piquero ha estado cumbre en esta vaca. Ha entrado seis veces al caballo.
Una vaca engallada. Quiere comerse la muleta y está pidiendo pelea de continuo. Es la vaca que ha tenido más motor.
La faena de muleta la ha comenzado muy bien el novillero de San Fernando, pero en un determinado momento la vaca hace unos extraños, el novillero se desconfía y se deja enganchar la muleta frecuentemente. Esto descompone a la vaca que ya no acude más que al bulto. ¡Sabe lo que se deja detrás! Repone en demasía y el novillero se desconfía, siendo alcanzado en el momento en que no se tapa con la muleta.
Es la última vaca de la tarde y Curro Mateo da oportunidad a todos los novilleros de la Escuela de Algeciras que ocupan los tendidos de la placita de tientas. De pronto, ¡Aparece un espontáneo con un capote en la mano! Es el ganadero y anfitrión Curro Mateo quien administra a la vaca dos excelentes verónicas por ambos pitones para rematar con una media verónica que es un veredadero cartel de toros, como se puede observar en esta secuencia fotográfica.
Y comienzan a desfilar por delante de la vaca los aspirantes a torero.

Estos alumnos de “El Merlo”, van saliendo uno a uno por riguroso turno de antigüedad a una vaca que no da ninguna facilidad. Uno a uno, son “achuchados” por la vaca lo que les hace no encontrarse a gusto delante de la cara. Una vaca que se ha desentendido de las telas y que siempre ha ido a su aire berreando, consecuencia del genio, cuando no podía coger lo que tenía delante.
Nacho Castañeda, Eduardo Castillo (sobrino del matador de toros Pedro Catillo), Daniel Butrón y José Manuel Arana “El Paquera”, pasan apurillos ante la vaca de peor condición con las telas.
Éxito de Curro Mateo como ganadero. De cuatro, tres han pasado la prueba con nota alta y es que no en balde esta ganadería que “Miguelín” comenzó comprando el hierro y una punta de ganado a D. Marcos Núñez, con el paso del tiempo se ha convertido en ganado de Gavira al que sumó ganado de El Torero (Salvador Domecq) con lo que actualmente es encaste puro Domecq.
Acabada la tienta, en el “colmao” de la finca, el anfitrión invitó a todos a una barra libre, comenzando una tertulia taurina interesante, donde como es natural cada uno tuvo una visión particularísima del comportamiento de las vacas.
Quien este escribe dialogó largo y tendido con el ganadero Luis Pérez que es el veedor de la Empresa “La Espaldina S.L” sobre la selección y comportamiento del ganado bravo que Luis (marido de una compañera veterinaria) conoce perfectamente, y con otro Luis, el suegro de Curro Mateo, el panadero de más prestigio del Campo de Gibraltar.
¡Una tarde magnífica entre gente encantadora.